Los simpatizantes y amigos de los
radicales italianos seguimos con evidente interés las noticias que van llegando de Italia sobre la propuesta de “hospitalidad” que
Marco Pannella ha ofrecido a los dos grandes bloques de la política italiana de cara a las inminentes elecciones regionales. Por “hospitalidad” entienden los radicales un acuerdo por el que se integrarían en las listas de uno de los dos grandes bloques electorales (centro-derecha o centro-izquierda).
La condición previa que ponen los radicales italianos para cobijarse en las listas de uno de los dos polos, es “un compromiso previo” por la regeneración política que permita, al menos, subsanar las irregularidades que se produjeron en las pasadas elecciones regionales.
Pero en el horizonte aparecen las elecciones generales del año que viene. El principio de acuerdo que pueda establecerse ahora, entre los radicales y uno de los dos polos, puede desembocar en un gran acuerdo de cara a las generales.
Hace escasas horas llegaba la noticia del plantón, en forma de ultimátum, del partido de Buttiglione
:
“O nosotros o los radicales”. Los democristianos no están dispuestos a estar un segundo más en una “coalición” que parece dispuesta a dar posada al Movimiento liberal,
liberista y libertario de Marco Pannella y Emma Bonino.
El enredo aumenta y está dividiendo a los partidos de los dos polos. Hace un rato un dirigente comunista declaraba: “
No podemos pactar con un partido subalterno de la política exterior imperialista de Bush”. En cambio el máximo dirigente comunista italiano, viejo zorro, se ha mostrado
partidario de abrir la puertas de la coalición del centro-izquierda a los radicales sobre la base del acuerdo de “hospitalidad” propugnado por los radicales.
Pero poco después
Prodi, el lider del centro-izquierda, declara que el acuerdo debe hacerse sobre la base del programa del centro-izquierda. Lo que es tanto como descalificar la propuesta de “hospitalidad” radical que está centrada, exclusivamente, en la subsanación de irregularidades en el proceso electoral.
Vuelta a empezar o principio del fin de un enredo que según algunos
comentaristas italianos ha beneficiado especialmente a los radicales y dividido a los partidos que deben decidir sobre la oferta lanzada por Pannella.