Lassalle en Zaragoza: el principio
Fue el acto que hubiésemos querido hacer los que hasta hace sólo cuatro días estábamos en la aventura utópica del “tercer partido liberal”.
Fue el momento ideal para hacer solemne un reconocimiento: ahora podemos subirnos a la estela de la “corriente” liberal del centro-derecha.
“A lo Della Vedova”, me decía Lorenzo con esa sonrisa cómplice que se le pone a todo aquel que, al fin, ha convencido a un hasta entonces dubitativo compañero de viaje.
Los liberales tenemos que ayudar a los liberales del PP. Piensen lo que piensen, digan y escriban los savonarolas de la política abstracta, los paradójicos fundamentalistas del liberalismo, los numantinos sin causa, los quijotes con lanza de goma.
Los puros jamas entenderán que los radicalmente liberales seamos posibilistas. En Italia, Rusia o España. Allá ellos. Aquí nosotros.
Por cierto, servidor lleva defendiendo los pactos de agregación, posibilistas por naturaleza, desde que estoy en política. Porque uno, aunque no lo parezca y no (me) prestigie mucho decirlo es, a su manera, un político. Un político aficionado que hasta ahora ha jugado en la tercera división de la política.
Un político liberal que quiere ayudar a los liberales del PP. Liberales como José María Lassalle y Lorenzo Abadía. Los protagonistas, junto con el próximo alcalde de Zaragoza, del que ha sido el acto de mayor calado político e intelectual que se ha celebrado en Zaragoza en muchos años. No busquéis, eso sí, grandes titulares en la prensa. Los periodistas del S.XX han perdido el olfato (y la calidad literaria) de los del XIX y la agilidad interpretativa de los periodistas del S.XXI. Allá ellos. Aquí nosotros, para hacer la crónica rápida de un acto que marca un antes y un después.
La “excusa” era perfecta. La presentación del libro “Raymond Aron: un liberal resistente” que ha coordinado y prologado el joven profesor y diputado liberal (PP) José María Lassalle.
Lassalle hizo una exposición sencilla y brillante de la figura y trayectoria de Aron. Del filósofo, político y periodista en guardia contra los espejismos colectivistas. Del liberal de acción vacunado contra el totalitarismo despues de ver las llamaradas provocadas por las hogueras donde los nazis quemaban los libros malditos. Del liberal solitario, como los radicales frente a las embajadas de la infamia, entre una casta intelectual fascinada por el socialismo mágico. Del atlantista convencido a fuer de europeísta. Del más contemporáneo de los autores cuya (re)lectura nos pone en guardia ante los nuevos desafíos, que son los de siempre. Del pesimista sin miedo, esto es, del reformista de grandes principios irrenunciables. Del gran Aron nos habló Lassalle. Y nos seguía hablando de él cuando el joven diputado liberal hacía referencia a los fanáticos de las identidades nacionales, a sus tontos útiles, al peligroso abismo del populismo intolerante con la inmigración, del liberalismo indivisible (política/economía/costumbres), de la persecución totalitaria contra el discrepante.
Nos hablaba Lassalle en una sala abarrotada de esperanza liberal.
Primer día de una nueva época.
Fue el momento ideal para hacer solemne un reconocimiento: ahora podemos subirnos a la estela de la “corriente” liberal del centro-derecha.
“A lo Della Vedova”, me decía Lorenzo con esa sonrisa cómplice que se le pone a todo aquel que, al fin, ha convencido a un hasta entonces dubitativo compañero de viaje.
Los liberales tenemos que ayudar a los liberales del PP. Piensen lo que piensen, digan y escriban los savonarolas de la política abstracta, los paradójicos fundamentalistas del liberalismo, los numantinos sin causa, los quijotes con lanza de goma.
Los puros jamas entenderán que los radicalmente liberales seamos posibilistas. En Italia, Rusia o España. Allá ellos. Aquí nosotros.
Por cierto, servidor lleva defendiendo los pactos de agregación, posibilistas por naturaleza, desde que estoy en política. Porque uno, aunque no lo parezca y no (me) prestigie mucho decirlo es, a su manera, un político. Un político aficionado que hasta ahora ha jugado en la tercera división de la política.
Un político liberal que quiere ayudar a los liberales del PP. Liberales como José María Lassalle y Lorenzo Abadía. Los protagonistas, junto con el próximo alcalde de Zaragoza, del que ha sido el acto de mayor calado político e intelectual que se ha celebrado en Zaragoza en muchos años. No busquéis, eso sí, grandes titulares en la prensa. Los periodistas del S.XX han perdido el olfato (y la calidad literaria) de los del XIX y la agilidad interpretativa de los periodistas del S.XXI. Allá ellos. Aquí nosotros, para hacer la crónica rápida de un acto que marca un antes y un después.
La “excusa” era perfecta. La presentación del libro “Raymond Aron: un liberal resistente” que ha coordinado y prologado el joven profesor y diputado liberal (PP) José María Lassalle.
Lassalle hizo una exposición sencilla y brillante de la figura y trayectoria de Aron. Del filósofo, político y periodista en guardia contra los espejismos colectivistas. Del liberal de acción vacunado contra el totalitarismo despues de ver las llamaradas provocadas por las hogueras donde los nazis quemaban los libros malditos. Del liberal solitario, como los radicales frente a las embajadas de la infamia, entre una casta intelectual fascinada por el socialismo mágico. Del atlantista convencido a fuer de europeísta. Del más contemporáneo de los autores cuya (re)lectura nos pone en guardia ante los nuevos desafíos, que son los de siempre. Del pesimista sin miedo, esto es, del reformista de grandes principios irrenunciables. Del gran Aron nos habló Lassalle. Y nos seguía hablando de él cuando el joven diputado liberal hacía referencia a los fanáticos de las identidades nacionales, a sus tontos útiles, al peligroso abismo del populismo intolerante con la inmigración, del liberalismo indivisible (política/economía/costumbres), de la persecución totalitaria contra el discrepante.
Nos hablaba Lassalle en una sala abarrotada de esperanza liberal.
Primer día de una nueva época.
2 Comentarios:
Me alegro de esta postura, David. Sinceramente creo que es, si no la única, sí la más viable y sensata.
Anyway, hay sitio para todos. Profesores e intelectuales, "second hand dealers of ideas" y políticos. Cada uno tiene una función que cumplir. Cuando aprendamos de la izquierda "gramsciana", avanzaremos más rápido.
Saludos.-
10:17 p. m.
No nos lancemos... Lo primero que hay que tener claro es que con ciertas posturas, no se logra nada en el PP.
Si hasta Nipho se ha dado cuenta de que Espe es la "esperanza liberal", es porque él es consciente (supongo) de que en política tienes dos opciones: ser un marginalista o un posibilista. Esperanza Aguirre es "actuarialmente" lo segundo, pero "teóricamente" lo primero.
Otros como yo no supimos (o no pudimos porque no quisimos) asumir eso, y tuvimos que irnos, pero no por ello dejamos de ser conscientes de que es un camino mucho más rápido que un tercer partido.
1:51 a. m.
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