No somos socialistas
Del baúl de los viejos libros:
Al mismo tiempo que cuajaba el radicalismo-socialista, un grupo de jóvenes, que se había ya constituido en la llamada izquierda liberal, preconizaba una revisión de valores, una adaptación de sus ideales a los nuevos tiempos con sus peculiares problemas políticos-sociales.
No querían resucitar el centro que ha muerto, ni conservar el oportunismo que agoniza. Es preciso borrar –decía uno de aquellos jóvenes- del vocabulario político las denominaciones anticuadas. Frente al partido radical-socialista, que reniega de la obra de la Revolución y hasta de la idea de Patria, surgirá compacto, unido y resuelto el grupo de los republicanos de gobierno, de los republicanos liberales y progresistas defensores de la propiedad individual, de la libertad humana y de los principios de nuestro derecho moderno. De un lado los socialistas, de otro los que no lo son; y nosotros no somos socialistas.
Al mismo tiempo que cuajaba el radicalismo-socialista, un grupo de jóvenes, que se había ya constituido en la llamada izquierda liberal, preconizaba una revisión de valores, una adaptación de sus ideales a los nuevos tiempos con sus peculiares problemas políticos-sociales.
No querían resucitar el centro que ha muerto, ni conservar el oportunismo que agoniza. Es preciso borrar –decía uno de aquellos jóvenes- del vocabulario político las denominaciones anticuadas. Frente al partido radical-socialista, que reniega de la obra de la Revolución y hasta de la idea de Patria, surgirá compacto, unido y resuelto el grupo de los republicanos de gobierno, de los republicanos liberales y progresistas defensores de la propiedad individual, de la libertad humana y de los principios de nuestro derecho moderno. De un lado los socialistas, de otro los que no lo son; y nosotros no somos socialistas.
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