Le plombier polonais

Cuando Frits Bolkestein declaró en París que no encontraba fontanero para su residencia de campo francesa en Ramousies (Nord-Pas-de-Calais) y que gracias a su directiva esperaba poder pronto contratar a un «fontanero polaco», una tormenta nacional se desató en Francia contra la amenaza de deslocalización industrial que representan los países del Este.

El domingo un fontanero polaco leía plácidamente Gazeta a cientos de kilómetros de su casa natal y miraba con gesto melancólico a los pequeñoburgueses que pasaban a su lado con una pancarta roja que atacaba al demonio que quería contratarle.

Afortunadamente (uno cada día es más realista/pragmático) las enmiendas "sociales" del consenso socialbipartidista, siempre atentas al lobby sindical de los instalados, no han desnaturalizado por completo la directiva liberal del liberal Bolkestein.

En unas horas los liberales podemos ganar una pequeña batalla en el Parlamento Europeo.